divagando...

jueves, julio 28, 2005

CORNY THOMPSON, El hombre que hizo realidad un sueño

Por las filas del Joventut de Badalona han pasado a lo largo de los años jugadores extranjeros de indudable valía, entre los cuales hayamos nombres como los de Moka Slavnic, Joe Galvin, Reggie Jonson, Harold Pressley o Andre Turner, pero que duda cabe que si se hiciese una encuesta entre la “gent” verdinegra para elegir al extranjero más representativo de la historia del “bressol del baskerbol”, el elegido sería Cornelius Thompson, Corny para los amigos.

Corny Thompson nació en Middletown, Connecticut en el año 1960 y desarrolló su carrera universitaria en la Universidad de dicho Estado. Su paso por la NBA en los Dallas Mavericks fue breve y fue cortado después de una lesión. Eran pocas las posibilidades que este hombre, con evidentes problemas de peso y muy bajo para jugar de pívot (2.02) pudiera triunfar en la NBA, por lo que su siguiente destino fueron los Detroit Spirits de la CBA. Tras su paso por la “segunda división” yanquee, Corny cruzó el charco y fichó en la temporada 84/85 por un clásico del basket europeo venido a menos, el Varese, donde pronto se convertirá en un reconocido y cotizado americano de la Lega, donde permanecerá 6 temporadas. Durante varios años se habla de él como posible fichaje del Joventut (tiemblo solo de pensar la pareja que habría formado con Reggie Jonson), pero su elevado caché y la racanería de la directiva presidida por Lluís Conesa lo impiden temporada tras temporada, mientras la penya recluta a americanos de discreto rendimiento (Schultz, Meriweather, Jones...) que le impiden dar el salto de calidad definitivo para desbancar a Madrid y Barça.

La temporada 89/90, el Joventut logra su primer título en 8 temporadas tras perder una final tras de otra durante los años anteriores, la Copa Korac al Sacavolinni de Pesaro, pero ese año el rendimiento de un jugador excepcional como Reginald Jonson sufre un notable bajón y se hace necesario el relevo. La llegada de Banesto como sponsor permite al fin al Joventut pelear en condiciones similares con los dos gigantes futbolísticos y la penya reúne a la mejor plantilla de su historia al añadir a los nombres de Villacampa, Jofresa, Morales... los de Ferrán Martínez, Jordi Pardo, Harold Pressley (mejor sexto hombre en la NBA con los Kings) y (si, lo han adivinado) Corny Thompson. El proyecto de Lolo Sainz (y la pasta de Banesto, supongo ) convencen al de Connecticut de mudarse a Badalona. Lolo Sáinz ya tenía a su anti-Norris verdinegro.

Sus primeras declaraciones al llegar a Badalona son toda una declaración de intenciones: “En Varese he pasado 6 años maravillosos, pero no he ganado ningún título (un subcampeonato de la Korac es todo su palmarés, Nota del que suscribe). Espero cambiar eso en el Joventut”.

Recuerdo perfectamente el primer partido en el que le vi jugar, que curiosamente fue en España pero no con la camiseta verdinegra. Para conmemorar el inicio de la temporada (eran otros tiempos para el basket en este país) la ACB montó un partido de presentación con dos combinados formados por los mejores jugadores de la Liga, al cual acudió como invitado... Michael Jordan, que se alineó un tiempo con cada equipo. (1). Pues el caso es que allí estaba (creo que con el equipo azul) el señor Corny Thompson, inmenso él. Los dos primeros balones que recibió fueron dos lanzamientos triples (creo que convertidos los dos) y el comentario de Pedro Barthe fue significativo “Corny Thompson, el nuevo jugador del Montigalà Joventut, que de momento ya ha demostrado que el un gran tirador, lo tira todo”. He de reconocer que me entró miedo, había oído hablar excelencias de ese hombre, pero se supone que jugaba de pívot y no hacía más que lanzar de tres, chupando bastante, pero las dudas se disiparon muy pronto. En cuanto comenzó la temporada, Corny empezó a deslumbrarme con sus reversos (no sé como rayos lo hacía, pero siempre conseguía dejar seco y a su espalda a su defensor), su muñeca (poseía un muy estimable lanzamiento de media y larga distancia, pese a que al sacar el balón desde tan atrás resultaba un tanto lento), su juego de pies y, sobre todo, su profesionalidad. Se integró de inmediato en la liga y sus números con frecuencia rondaban los 20+10.

El arranque de temporada del equipo fue espectacular con 13 victorias consecutivas, que se rompe en la visita a Vitoria con una derrota por un solo punto, pero el huracán verdinegro sigue su imparable paso arrasando lo que se pone en medio (Barça, Madrid, CAI y Estudiantes incluidos). Cuando a mitad de temporada la penya entra en una profundísima crisis de juego que le lleva a la eliminación en las semifinales de la Korac a manos de uno de los Madrides más mediocres de todos los tiempos y en las semifinales de Copa contra el Estudiantes, Corny es uno de los pocos que mantienen el elevado rendimiento de inicio de temporada, a diferencia de Villacampa, Ferrán o Jofresa.

Superado el mal trago de las eliminaciones coperas, el Joventut se planta en la final (Donde Thompson supera claramente a Piculín Ortiz en el duelo particular), recupera el tono y rompe la hegemonía del Barça ganando su primera Liga en 13 años (ese robo de Tomás Jofresa... que recuerdos), y lo que es más importante, logra mantener en Badalona el mismo bloque para intentar el asalto a lo que, apenas dos años antes, parecía un imposible: la primera Liga Europea de la historia. El único fichaje, Mike Smith, no podrá jugar como nacional en toda la temporada.

La segunda temporada de Corny en Badalona tiene un comienzo desolador, con 3 derrotas en los primeros 5 partidos (Unicaja, Ferrol y Estudiantes), pero no pasan de mera anécdota y su arrollador comienzo en la Liga Europea (8 victorias consecutivas, incluyendo una en Milán en la prórroga sin Villacampa y dos contundentes ante el Estudiantes) colocan al Joventut a la cabeza de todos los pronósticos para todos los títulos.

Pero es lo que ocurre en París a comienzo de temporada lo que hace que toda Europa se frote los ojos: en la final del Open MacDonalds el Joventut está a una sola canasta de derrotar al vigente subcampeón de la NBA, los Lakers de Magic Jonson (116-114). El principal protagonista de ese partido es Jordi Villacampa, máximo anotador del partido con 23 puntos, pero la labor de Ruf y de Corny Thompson solo puede ser calificada de espléndida. Por cierto, este fue el último partido que disputó Magic antes de que se hiciera público que era portador del virus VIH.

Después de la exhibición de París, todos los hinchas verdinegros somos plenamente conscientes del nivel de nuestro equipo y la Liga Europea se convertirá en el principal objetivo de la entidad, mientras en la Liga se da caza al Estudiantes en lo alto de la clasificación general.

Misteriosamente, el Joventut repite los mismos síntomas que la temporada anterior y entra en una profundísima crisis de juego que está a punto de costarle el primer puesto de la regular (jamás ha estado el CAI tan cerca de un logro de ese calibre) y le cuesta la eliminación a copera a manos del Estudiantes (2), y nuevamente el único que mantiene el tipo es Corny, al que por entonces ya se empieza a conocer como “el papi”, por su carácter afable y paternal.

Afortunadamente, esta vez la recuperación llega a tiempo y la penya se cuela en la Final Four de Estambul tras eliminar en cuartos a la Cibona, donde le acompañará un sorprendente Estudiantes que, no obstante, no será rival para el huracán verdinegro (91-69, si mal no recuerdo). En la otra semifinal también hay sorpresa y el jovencísimo equipo del Partizán, entrenado por el que había sido jugador del mismo equipo hasta la temporada anterior, Zeljko Obradovic, elimina al Philips de Milán de Antonello Riva.

En esa final se verá por primera vez a Corny Thompson como un jugador superado. No fue su partido. El hombre que había sostenido al Joventut durante los dos últimos años realiza su peor encuentro (pese a trabajar incansablemente con la profesionalidad y el arrojo que le siempre le caracterizaron) con únicamente 4 puntos, todos ellos de tiros libres. Salvo Tomás Jofresa, el resto del equipo también está muy por debajo de sus posibilidades y el Partizán, con un juego lento y cansino (aunque nada comparado con lo que tenía preparado Bozidar Maljkovic para el año siguiente) domina con claridad la práctica totalidad del partido. Solo la garra y valentía de Tomás Jofresa tira del Joventut para capitanear una épica remontada... que abortará un inverosímil triple de Shasha Djorjevic. En la jugada inmediatamente anterior, con el tiempo de posesión igualado al que resta de partido, vemos como Corny le dice a Tomás: “One shot, one shot”, pero la precipitación del menor de los Jofresa (pese a que anota) permitirá al serbio anotar el tiro más importante de su carrera.

El golpe moral es enorme y la penya lo acusará, sobre todo en las semifinales ACB contra el Estudiantes, donde deberá agotar los 5 partidos. Thompson llega al final de la temporada con la rodilla derecha (creo recordar) absolutamente destrozada, con un vendaje aparatosísimo, pero su rendimiento y sus números siguen siendo espléndidos. Ni siquiera la enorme clase de Ricky Brown pueden con él y lleva a la penya a la cuarta (y mucho me temo que última) Liga de su historia. Desafortunadamente, también es el causante de una importante lesión de Antonio Martín, en un lance fortuito del juego.

En ese quinto partido vuelve a ser el soporte de la penya (su media de minutos roza la cuarentena) y se retira, ya con el título prácticamente ganado, a falta de dos minutos solicitando el cambio en medio de ostensibles gestos de dolor. Su profesionalidad vuelve a ponerse de manifiesto cuando apenas un minuto después se dirige a Lolo Sainz para indicarle que ya se encuentra otra vez a su disposición. Afortunadamente no será necesario.

Sus dos primeras temporadas habían tenido un saldo, tanto individual como colectivo, sobresaliente, lo que le vale la renovación para dos temporadas más. No obstante en esa temporada (la 92/93) su rendimiento (y el del equipo) estarán muy por debajo de lo mostrado los años precedentes. Son frecuentes sus estadísticas con menos de 10 puntos y el equipo lo acusa, perdiendo la hegemonía nacional a manos del Madrid de Sabonis (que derrota apuradamente a la penya en las dos finales). No obstante, en ningún momento se habla de sustituirlo, habida cuenta de la profesionalidad e intangibles que aporta constantemente.

De esa temporada guardo mi mejor recuerdo personal sobre el “papi”: la penya en crisis (acababa de perder en la Liga Europea, algo habitual ese año) acudía a Valencia a jugar con uno de los mejores equipos del inicio de temporada, el Pamesa de Díez, Rogers, etc... El imperial partido de Villacampa (39 puntos) conduce al Joventut a la victoria. Al acabar el encuentro, mi primo y decidimos quedarnos a ver salir a los jugadores, para ver si podemos conseguir algún autógrafo (no mentiré, mi objetivo era el de Villacampa). Pues allí que estábamos en medio de una montaña de niñas (bueno, y algún chaval), cuando empiezan a aparecer los jugadores en medio del griterío femenino y las quejas de Lolo. En seguida se produce la vorágine y se empiezan a desperdigar los jugadores firmando autógrafos (Villacampa aún no había salido), poco a poco fui consiguiendo los de Rafa Jofresa, Pressley, Lolo Sainz, Dani Pérez, cuando me giro y diviso la sonrisa más enorme que he visto en mi vida: Corny Thompson está hablando con una chica, se le acerca otra y le dice “Corny, ¿te importa si nos hacemos una foto?” A diferencia de las malas caras y gestos de impaciencia habituales en sus compañeros, el “papi” contesta con una amabilidad entrañable: “Si, si”. Mientras le están haciendo la foto, mi primo, que se haya apoyado en lo alto de una de las escaleras de la Fonteta, le suelta: “Che, que bo que eres Corny, tú. Ets el millor pívot que hi ha en Espanya” (3), a lo que se gira ese pedazo de humanidad y le contesta, con la misma sonrisa de siempre: “guasias, guasias”. Huelga decir que el siguiente autógrafo que firmó fue el mío. Acabaré diciendo que el último en salir fue Jordi Villacampa, que huyó a toda prisa y que solo firmó 4 autógrafos sin una sola sonrisa, uno de los cuales fue a mí.

Probablemente Corny Thompson no hubiera continuado en Badalona en la temporada 93/94 (la de Obradovic) de no ser porque tenía contrato por dos temporadas, pero el club tuvo que arrepentirse primero... y aliviarse después.

Sus números no variarán en exceso con respecto a la anterior temporada, pero su papel será más específico. Obradovic ralentizará sobremanera el juego del Joventut y reducirá los minutos del pívot para tenerle más fresco en los momentos decisivos, consciente de que ya no era el que deslumbró en sus dos primeros años en Badalona, pero también sabiendo que aún podía aportar mucho.

El Joventut no jugará bien esa temporada. La grada no conectará con el equipo en todo el año, debido al juego lento y cansino de Obradovic y a que los resultados no son espectaculares (cuartos al final de la regular, eliminados en la Copa en cuartos y clasificados para la Final Four en el último partido), pero lo de Obradovic con la Liga Europea es una historia de amor infinito, y el Joventut eliminará en cuartos de final de la Liga Europea al mejor equipo de Europa del momento, el Madrid de Sabonis y Arlaukas. De ese partido queda para la memoria una de las mayores lecciones que este hombre me ha dado: su duelo en el segundo partido con Arlaukas. En el ocaso de su carrera, contra un rival física y técnicamente superior, Corny volverá literalmente loco a Arlauckas con sus reversos y fintas. El Neoyorquino ya no sabía que hacer en aquel partido, jamás le he visto tan rebasado por un rival como aquel día.

La lección continúa en Tel Aviv, donde el Joventut fulmina al Barça en semifinales. Antes de la Final Four, Corny declara: “Por favor, no me habléis de Estambul... lo tuvimos tan cerca...”, probablemente ni él ni ningún otro miembro de la plantilla esperaba volver a jugar una Final Four. De ese partido todos recordamos la lluvia de triples con que Tomás Jofresa y Villacampa torturaron a la defensa en zona ordenada por Aíto, pero hay que recordar que el primer tiempo barcelonista fue mucho mejor, y que solo Corny (que volvió locos a Andreu, Massenburg y Roberts) mantuvo a la penya en el partido.

Y llegamos al momento culminante en la carrera de este hombre. La final de la Liga Europea de Tel Aviv en el 94. El rival era el favorito (El Olimpiakos de Tarpley, Paspalj, Sigalas, Fassoulas y compañía), pero la penya jugará muy bien sus bazas. Jugará lento (el Olimpiakos, dicho sea de paso, también), sacará a sus pívots fuera para aprovechar su buena mano (Ferrán y Thompson) y minimizará la evidente superioridad griega en el rebote con la ayuda de Mike Smith y reduciendo al límite el número de pelotas perdidas (4). El segundo tiempo será agónico y miserable en cuanto a anotación (no llegarán a 40 puntos entre los dos), pero siempre con cortas pero aparentemente insalvables ventajas del equipo del Pireo. A falta de 7 minutos, el Olympiakos vence por 57-52 y no conseguirá ni un solo punto más. Un tiro libre de Ferrán parecerá estéril, mientras que el siguiente triple de Villacampa abrirá la puerta de la esperanza, el equipo del maleducado Iannis Ioannidis se pone cada vez más nervioso y pierde balón tras balón, empeñado en mandar siempre el balón al poste bajo para Paspalj. La penya parece incapaz de ponerse por delante hasta que a falta de menos de un minuto, Ferrán falla solo debajo de canasta, Smith erra el palmeo, pero recupera el rebote, Thompson amaga el triple en medio de la histeria colectiva, a la cual no son ajenos Ramón Trecet y Mario Pesquera, Ioannidis se pone y se quita la chaqueta constantemente hasta que llega la jugada clave: Smith deja atrá (una de las pocas veces) a Paspalj y remonta la línea de fondo. Al llegar la ayuda de Fassoulas saca el balón fuera para Rafa Jofresa, que dobla para Corny que lanza y anota dejando la muñeca marcando el tiro. Al Olimpiakos aún le quedarán unos segundos para atacar y los resolverá con falta personal de Smith sobre Paspalj a falta de 4 segundos mientras Obradovic e Izquierdo acuden como locos solicitando tiempo muerto.

Mientras la estrella balcánica se preparaba para lanzar el uno más uno, Villacampa se le acercó y le dijo: “seréis campeones, pero para eso tendrás que meterlos”. Psicología pura. Un jugador extraordinario con un deplorable porcentaje de tiros libres fallará y ni siquiera los errores en el reloj de la mesa de anotadores impedirán que el Club de basket más representativo de este país conquiste la gloria y coloque a uno de sus américanos, Corny Thompson, en un lugar preferente entre sus héroes de todos los tiempos.

La temporada acabará con la eliminación en 5 partidos en las semifinales ACB contra el barça y no se renovará al “papi”, el cual se marchará sin hacer ruido. El lamentable rendimiento de Howard Wright, Spencer Dunkley, Raymond Brown, Randy White y demás delatarán lo erróneo de dicha decisión.

Corny Thompson acabó su carrera de baloncestista en el León, donde jugó dos años a un más que aceptable nivel, y donde coincidió con otra leyenda verdinegra, el fino Reggie Johnson. Su primer regreso a Badalona con la camiseta leonesa significó una atronadora ovación en el Olímpic de Badalona.

Después de esto ha ejercido de entrenador ayudante en la CBA y en alguna otra liga menor.

Cuando se celebró el homenaje a Villacampa en el año 98, la penya reunió al equipo que había conquistado el cetro europeo en el 94. Pues bien, al bueno de Corny tuvieron que romperle los tirantes de la camiseta y pegárselos con esparadrapo de lo gordo que se había puesto, aunque dio muestras de no haber perdido mano. En uno de los cambios de aquel partidillo, el periodista Jordi Robirosa se acercó al banquillo y entrevistó a Corny. Le dijo: “¿Cómo te encuentras? Nosotros te hemos visto bien”, a lo que el “papi” contestó “Si, mi tripa está bien, ja, ja, ja”. Todo un personaje.

Según un amigo socio del Joventut, empleados del club aún le siguen poniendo como ejemplo de profesionalidad, entrega y amabilidad.

Todo un fenómeno.

Un saludo.

(1) Ese año (supongo que por la proximidad de los juegos de Barcelona) se hizo habitual ver a jugadores NBA en España. Además de Jordan, Olajuwon acudió a un partido e hizo el saque de honor, Magic anotó simbólicamente la primera canasta del Sant Jordi y entrenó con el barça y Worthy jugó un partido con el Grupo IFA Granollers a las órdenes de Manel Comas. El año siguiente, en el partido de presentación de la ACB jugaron Pippen y Barkley.

(2) Ese año, el Joventut y el Estudiantes se verán obligados a enfrentarse y eliminarse en todas las competiciones. Los colegiales vencerán el la Copa, la que acabarían ganando, y los verdinegros saldrán vencederos en los duelos europeos y en semifinal de la Liga.

(3)” Che, que bueno que eres, Corny, tú. Eres el mejor pívot que hay en España”

(4) Al aterrizar en Badalona, Obradovic declaró: “Dadme un equipo que pierda menos de 10 balones por partido y lo haré campeón de Europa.” Lo cumplió.

miércoles, julio 27, 2005

DEEP PURPLE, Humo en el agua

Voy a hablaros un poco de mi banda favorita: Deep Purple.

Los incios de esta banda inglesa (finales de los sesenta) vienen marcados por la indefinición musical propiciada por las distintas inquietudes de sus dos líderes, John Lord y Ritchie Blackmore.

El primero apostaba por una marcada influencia clasicista y psicodélica en plan cutre mientras que el segundo era de fuertes convicciones rockeras. Los tres primeros trabajos de los Purple (Shades of Deep Purple, Book of Talyesin y Deep Purple) son flojos, insípidos, aburridos y repletos de versiones insulsas de los Beatles. Sonaban a unos Cream menores.
El aterrizaje del cantante Ian Gillan y el bajista Roger Glover (ambos provenientes del grupo "Episode Six") marca un clamoroso punto de inflexión en la singladura de Deep Purple. Gillan ha sido probablemente la garganta mejor dotada de la historia del rock y, junto con Glover y un renovado Blackmore dotan al grupo de una potencia descomunal que tiene su principal exponente en el tema que abre su cuarto trabajo (In rock): "Speed King". Aullidos desgarradores, riffs pegadizos y contundentes, solos penetrantes... todo es nuevo y jamás escuchado antes (salvo en los mejores momentos de "dios" Hendrix en Electric LadyLand). Con el nuevo estilo llegan los aplausos de crítica y público, las ventas millonarias, las giras kilométricas y cada nuevo disco mejora al anterior. Al genial "In rock" le sigue el no menos acertado "Fireball" y a éste uno de los mejores álbumes en estudio de la historia del rock: "Machine Head", con temas emblemáticos como la archiconocida "Smoke on the water", la atronadora evocación de una polla llamada "Highway Star" o mi tema favorito de Deep Purple: "Lazy", una auténtica vacilada...

La cosa parece inmejorabe... y sin embargo mejora.

En el 73 Deep Purple visitan Japón tres noches seguidas con clamorosos llenos (dos en Tokyo y una en Osaka) y de esos tres conciertos nace el mejor disco en directo de la historia: "Made in Japan". Todos los temas interpretados en el disco, ya de por sí excelentes, son mejorados en vivo (salvo The Mule), donde la banda muestra su potencia, su saber hacer y su enorme calidad. El disco recoge buenísimas críticas y ventas multimillonarias, al tiempo que las giras y la fama agotan al grupo y deterioran las relaciones entre sus miembros. Gillan y Blackmore jamás se soportaron y sus tensas relaciones estallan tras la grabación de "Who do Whe think Whe are", un buen disco pero en un peldaño inferior a los que le precedieron. Gillan y Glover abandonan Deep Purple en el 74.

Sus sustitutos serán un joven cantante llamado David Coverdale y un bajista que resultará tener mejor voz que el propio frontman: Glenn Hughes, tanto es asi que ambos compartirán las funciones de cantante en la mayoría de los temas. El primer disco de la nueva formación, "Burn" es un rotundo éxito, tanto de crítica como de ventas. Falta algo de la magia que aportaba Gillan, pero los temas son excelentes y Coverdale y Hughes cumplen con solvencia. No obstante su siguiente trabajo, "Stormbringer" será más flojo y tras su publicación, Blackmore dejará la banda.

El guitarrista será sustituido por un joven de gran talento llamado Tommy Bolin y el producto de esta nueva formación (Mark IV) será un disco muy criticado en su tiempo, "Come taste the band". No obstante, con la perspectiva que dan los años, el disco era buenísimo, pero no sonaba a Deep Purple. El sonido registrado es una mezcla de lo que luego haría Coverdale con Whitesnake y Glenn Hughes en su carrera en solitario, pero los fans no les perdonaron que aquello no sonara a "Smoke on the Water". Poco después la banda se disolvería.

En el 84, tras varias intentonas, la formación que dio gloria al nombre de Deep Purple se reúne para sacar "Perfect Strangers", un disco decente pero muy alejado de sus mejores momentos. Además, el paso de Gillan por su propia "Ian Gillan Band" y por Black Sabbath le ha dejado la voz hecha una pena y es algo que aún se notará más en los siguientes discos "House of blue light" y "Nobody's Perfect". Por supuesto, no existe luz cegadora al final del túnel y las relaciones entre Gillan y Blackmore hacen que el primero vuelva a dejar el grupo siendo sustituido por John Lynn Turner en un "Slaves and Masters" que suena más a Rainbow que a otra cosa.

A partir de ahí, la leyenda, ya de por sí tocada, va muriendo poco a poco con álbumes cada vez más mediocres. Una auténtica pena.

No obstante, siempre nos quedará su colosal legado encabezado por esas cuatro joyas llamadas "In Rock", "Fireball", ""Machine Head" y "Made in Japan". Eso no nos lo quita nadie.

Un saludo.

domingo, julio 24, 2005

EL ALCOHOL Y LA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD

La anécdota data de la Nochebuena del 97 en Vila-Real, con mis primos. Yo siempre he bebido vodka con limón, pero ese día me dio por dejarme convencer por mi primo de beber ron con Coca-Cola, que por lo visto era su bebida. El caso es que el "pájaro" no tuvo mejor idea que pedir los cubatas de dos en dos... con una sola Coca-Cola, y no eran cubatas poco cargados de ron precisamente. Total, que ya avanzada la noche, y con 5 rones con media coca-cola encima cada uno ya os podéis imaginar la que llevabamos encima (y más en aquella época que yo apenas bebía). Total, que acabamos jugando una partida de ajedrez de escasa fidelidad a la normativa ajedrecística en el pub de en frente.

Ya de vuelta a casa, volvíamos mi primo y yo muy complicados, y mi prima tan solo relativamente complicada. El caso es que ambos, sabedores de mi eterna admiración por el grupo Barón Rojo, empiezan a sugerirme canciones del grupo para cantar y yo, deseoso de complacerles, me pongo a berrearlas por mitad del pueblo a las 6 de la mañana. Consciente de que mi estado era bastante lamentable, traté de avisar a mis primos de que no deseaba de que mi madre se enterara gritándoles "¡¡¡por favor, no le digáis a mi madre que he bebido tanto, ¿eh? no se lo digáis!!!" a lo que mi prima contestó "si lo debe saber todo el pueblo ya"

El caso es que me dejan en casa de mi abuela y, tras un breve paso por el cuarto de mi tía y mi primo de unos meses de edad que en breve relataré, me metí en la cama donde, obviamente, el efecto barco empezó a hacer acto de presencia hasta que un par de horas después me levanté desesperado a vomitar... con el poco tino de que se me olvidó tirar de la cadena.

Al día siguiente me despierta mi primo que, por entonces bastante más acostumbrado al alcohol que un servidor, me comunica que me levante, que él estaba igual de mal que yo y que había decidido reactivar la borrachera con un par de cervezas. Yo le comento con voz de ultratumba que no estaba yo para historias cuando de repente oigo como una tía mía entra en el baño y dice "uy, aqui alguien ha cagado y no ha tirado la cadena" (para que veáis el color que debía llevar mi vomitada).

El caso es que mi primo me pregunta que qué tal había llegado a casa y yo, completamente convencido de mis palabras, le suelto "pues yo notaba que iba muy borracho, pero al llegar vi la luz del cuarto de Pasqual (mi primo de unos meses) encendida y a Clara tratando de dormirlo, asi que intuí que debía pasar rápido y llamar la atención lo mínimo posible para que no se diera en cuenta de mi borrachera, y creo que lo hice muy bien. Pasé, le dí las buenas noches, le pregunté si necesitaba algo y me fui a dormir. La verdad es que estoy muy orgulloso de mí", a lo que mi primo contesta "pues ya tiene mérito, ya"

En esas que al salir de mi habitación, mi primo se cruza con mi tía y le comenta el hecho "Me ha dicho Ignasi que ayer estabas despierta cuando llegó". Su contestación fue de las que hacen época "Calla, que llegó completamente borracho, apestando a alcohol, no se tenía en pie y no paraba de repetir "¿pueddo abyudarte en algoooo?" con ojos saltones, y yo diciéndole "no, no... vete a dormir""

Para que veáis cuánto distorsiona el ron la percepción de la realidad.

Un saludo.

jueves, julio 21, 2005

WHITESNAKE, los bandazos incesantes de David Coverdale

De siempre han sido uno de mis tres o cuatro grupos favoritos. Fueron los abanderados de la fusión entre el hard rock y el blues. Tras la disolución de Deep Purple, se produce la desbandada de genios y, tras los Rainbow de Ritchie Blackmore, la Ian Gillan Band y la carrera en solitario de Tommy Bolin, David Coverdale, cantante sin la mitad de potencia de Gillan, pero con un punto de sentimiento muy bluesero funda Whitesnake, junto con dos limitadísimos guitarristas (Micky Moody y Bernie Marsden) y un puñado de músicos que irán cambiando continuamente.

Sus primeros trabajos (Whitesnake, Northwinds, Snakebite) son una clara continuación del sonido del "Come Taste the Band", último disco de Deep Purple y ya poseen alguna que otra joya como "Blindman" o "Ain't no love in the Heart of the city". Su cuarto album, Trouble, es bastante flojo, pese a que en él ya tenemos incorporado a John Lord, antiguo teclista de los Purple (mi teclista favorito, para más señas). Trouble no es más que un accidente, pues de inmediato se inicia la etapa dorada (en lo creativo) del grupo con el gran "LoveHunter", donde tenemos temas ya clásicos de la serpiente blanca como "Walking in the Shadow of the blues" o el tema que da nombre al disco.

En "Ready an' Willing" se incorpora el excelente bateria de Deep Purple, Ian Paice y para muchos resulta ser el mejor disco de la banda, con caciones como "Fool for your Lovin'", la nueva versión de "Blindman" o "ain't gonna cry no more". Con prácticamente la misma formación producen la que, para mi, es su obra maestra: el colosal "Come and Get it", donde destacan "Child of Babylon", "Don't break my heart again", "till the day I die" o "Lonely days, lonely nights". No tiene temas tan geniales como el "Ready an' Willing", pero, a diferencia de éste, en el "Come an' Get it" no se aprecian temas de relleno, siendo el nivel medio del disco altísimo.

Hasta este disco, el sonido de Whitesnake era eminentemente britanico y su calado al otro lado del charco era muy reducido. La primera ligera aproximación al mercado americano la dieron con "Saints & Sinners", un buen dico pero que no estaba al nivel de los que le precedían, pese a que tenía uno de los temas emblemáticos de los snake: "Here I go Again". El segundo intento fue un disco raro, "Slide it in". En él se aprecia claramente la inetnción de captar al público americano, pero el resultado es un disco híbrido de dudoso resultado, pese a tener un gran tema como "Love ain't Strainger".

Resulta obvio que con un guitarrista como Micky Moody, difícilmente se podía conseguir un sonido yanquee, por lo cual Coverdale (auténtica alma máter del grupo y principal compositor del mismo) lo sustituyó por John Sykes, un auténtico virtuoso de las cuatro cuardas que venía de destacar con Thin Lizzy y juntos compusieron "1987", que resultó ser un auténtico bombazo en USA, con varios singles en nº1 (las nuevas versiones de "Here I go Again" y de "Criyng in the Rain", "Still of the night", "Give me all your love" o "Is this Love"). Globalmente el disco es realmente un excelente trabajo de AOR, pero no hay duda de que la base de determinados temas como "Is this Love" o "Give me All Your Love" es claramente poppy. Es decir, una fórmula muy limitada que se agota en el siguiente album de la banda, un muy flojo "Slip of the Tongue".

Después de esto, Coverdale ha mantenido un ritmo mucho más relajado. Su siguiente trabajo es una muy estimable colaboración con Jimmy Page ("Coverdale-Page"), para volver con Whitesnake en el 97 con otro flojo trabajo: "Restless Heart", pese a la presencia de un gran tema como "too Many Tears". Es el último disco de la serpiente blanca y marca su defunción como grupo.

Coverdale debuta en solitario en el 2000 con un excelente "Into the Light", en el que recupera parcialemente sus raíces bluesísticas y de soul, sin olvidar la base rockera. El impacto comercial es prácticamente nulo, pero es obvio que Coverdale ya había ganado toda la pasta que podía necesitar en el mundo del rock, asi que ya podía volver a hacer la música que realmente le gusta: un excelente hard-rock de connotaciones blues.

A pesar de ello, como la cabra siempre tira al monte, hará un par de años Coverdale volvió a reunir a unos cuantos músicos y salió nuevamente a la carretera con el nombre de Whitesnake... aunque de momento aún no ha editado disco con esta nueva formación.

miércoles, julio 20, 2005

DESAPARECIDO, de Costa-Gavras

Me animo a hablar de cine para comentar una de las películas que más me han impactado en mi vida y que, después de años de búsqueda, al fin he logrado adquirir en DVD. Dirigida por Constantin Costa-Gavras y magistralmente interpretada por un magnífico Jack Lemon y Sissy Spacek, “Desaparecido” es el desgarrador relato de la infructuosa búsqueda de un ciudadano americano residente en chile durante el golpe de estado de Pinochet. Toda la película está basada en los hechos reales que llevaron a Ed Horman (aquí interpretado por Lemon) a descubrir, poco a poco, todos los turbulentos hechos que rodearon a la desaparición de su hijo Charlie.

Cuando Jack Lemon leyó el guión de “Desaparecido”, dio indicaciones a su representante de que aceptara de inmediato el papel sin tan siquiera hablar de sus emolumentos. Ante la extrañeza de éste, Lemon argumento que ése iba a ser “el último gran papel de su vida”, y realmente acertó, ya que por él incluso fue galardonado con un merecidísimo Óscar.

Es ciertamente conmovedora la progresiva transformación del personaje que Lemon interpreta. De hombre de mediana edad, republicano convencido, con una actitud más que beligerante hacia su hijo y su nuera, Ed Horman va variando su postura progresivamente conforme va descubriendo la telaraña de mentiras y engaños burdos que le iban soltando los diplomáticos norteamericanos, hasta llegar a la conclusión de que su gobierno no sólo había estado implicado en el golpe sino también que había autorizado la muerte de Charlie.

Charlie Horman era un joven periodista residente en Chile y claramente simpatizante del gobierno de Salvador Allende. Como podemos comprobar en la película, se queda atrapado con una compañera en Viña del Mar durante el golpe de estado y allí conoce a varios militares norteamericanos y de sus conversaciones con éstos, saca la conclusión de que han estado implicados en el golpe. De regreso a Santiago, se reencuentra con su mujer Joyce (interpretada por Sissy Spacek) y al día siguiente, ella se encuentra su casa vacía y con evidentes signos de violencia y con su marido desaparecido. Tras buscarlo incesantemente sin éxito, se pone en contacto con su suegro, Ed Horman, empresario de éxito con contactos, quien se desplaza a Chile para (según él cree) aligerar los trámites que le permitirán sacar a su insensato hijo del lío en que se ha metido.

La película tiene una narración poco definida, pero aún así brillante. No es una narración lineal, ni tampoco está en clave documental, pero sí es una narración muy didáctica, que ayuda al espectador a entender, paso a paso, todo lo que allí pasó y por lo que tuvieron que pasar tanto Ed y Joyce, como Charlie y los amigos de éste.

Gracias a la ayuda de algunos periodistas y militares y movidos por la desconfianza que en ellos despiertan el embajador, cónsul y militares norteamericanos, Ed y Joyce poco a poco van averiguando detalles por su cuenta que contradicen constantemente lo que sus compatriotas les cuentan.

“Desaparecido” está repleta de detalles sublimes, como la visita al estadio de fútbol, donde son retenidas miles de personas, el paso por el hospital donde hay miles de cadáveres, la conversación final de Ed Horman con el embajador y el militar norteamericanos y la cara de indignación silenciosa de Jack Lemon cuando el cónsul les está diciendo que tienen que pagar unas tasas para que les envíen el cadáver de Charlie.

Podría contar cientos de cosas más de esta espléndida película, pero querría que los que comparten mi admiración por ella me dieran aquí su parecer y que los que aún no la han visto lo hagan en breve. Realmente no se arrepentirán.

Saludos.

miércoles, julio 13, 2005

RIP KIRBY, La obra maestra del gran ALEX RAYMOND


El mes pasado salió a la venta el sexto tomo de la edición de Rip Kirby que está publicando Planeta, que contenía la última aventura del sofisticado detective privado creado por el majestuoso Alex Raymond, ya que falleció poco después en un accidente de tráfico. A continuación, pego aquí la reseña que escribí sobre tan magnífico cómic en el foro de ACB.com:

Hablar de Rip Kirby es hablar de CÓMIC en mayúsculas.

Prácticamente cualquier tebeo aparecido en el mundo de los años 50 a esta parte es, en mayor o menor medida, deudor de los grandes clásicos de prensa americanos, sobre todo desde que Harold Foster inventó el realismo gráfico en éstos con su adaptación del Tarzán de Edgar Rice Burroghs y lo refinó en su obra definitiva: El Príncipe Valiente. Después de éste llegarían “Terry y los Piratas” y “Steve Canyon”, de Milton Caniff, “Johnny Hazard”, de Frank Robbins, “Julieta Jones”, de Stan Drake y, sobre todo, “Flash Gordon”, “Jim de la Jungla”, “Flash Gordon” y “Agente Secreto X-9” de Alex Raymond.

Raymond fue probablemente el único que, en algunos aspectos, superó al maestro Foster. Pese a sus torpes comienzos en Flash Gordon, su evolución gráfica es veloz y ciertamente impresionante. Nadie en toda la historia del medio ha movido la figura humana como Raymond, ni siquiera auténticos genios del género como Giraud/Moebius, Brescia, Foster, Toth o Rude. La elegancia del trazo de Raymond puede ser admirada en las siguientes ilustraciones… cómo interpreta al ser humano, con qué elegancia y naturalidad. A mí se me sigue cayendo la baba por más que haya visto miles de veces dichas ilustraciones…

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La mejor edición de Flash Gordon que se puede encontrar en España es la que sacó ediciones B hace unos años. Infinitamente mejor que la de Burulan. Eso sí, aviso por si alguien pretende hacerse con ella que el nivel de los guiones está muy por debajo del de los dibujos. De Jungle Jim y Agente Secreto X-9 no existe en España ninguna edición decente a un precio medianamente razonable… por eso no los tengo.

Para mí la obra maestra de Raymond es RIP Kirby. En este cómic une a su espectacular dominio del dibujo unos guiones sólidos que convierten éste en un referente ineludible para generaciones futuras. Kirby (no confundir con el dibujante) es un ex-combatiente de la 2ª guerra mundial (como el propio Raymond) y científico con un notable éxito entre las mujeres, extremadamente inteligente y hábil investigador con un corazón de oro.

El elenco de secundarios lo encabezan Honey Dorian y Desmond, novia y mayordomo-ayudante del protagonista respectivamente. También es digna de mención Pagan Lee, excriminal de incontenible belleza a la que Kirby ayuda a redimirse en su nueva identidad de Madelon, actriz.

El tono de la serie es de novela negra un tanto blanda… un poco “Spielbergniana”, podríamos decir. En ella se entrecruzan los personajes de portes y ropa elegante con los sujetos salidos de los bajos fondos, carentes de toda clase. La ambientación es soberbia, con el dominio de Raymond de la figura humana y de la iluminación siempre presente. Especialmente llamativo es que a la que puede te cuela a una bellísima señorita en una viñeta (solía irse a la universidad a dibujar estudiantes al natural)

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De Rip Kirby obra en mi poder una edición realizada por aficionados carísima que casi acaba con mi economía universitaria años ha. Tanto que no pude completarla. Ahora con la estupenda edición de Planeta subsanaré eso… y os recomiendo a todos que hagáis lo mismo. No hay equivocación posible. Raymond falleció en un accidente de tráfico cuando conducía el coche de Stan Drake. Tras ello se hizo cargo de la serie John Prentice, dibujante de corte similar pero lejos de las excelencias del creador de Rip Kirby.

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Saludos.

martes, julio 12, 2005

EL DESTINO SE LO DEBÍA A HERREROS

Otro refrito del foro de acb.com...

Temporada 90/91. En medio de una gran campaña, el insolente Estudiantes Caja Postal de Miguel Ángel Martín, con una plantilla plagada de jovenzuelos de talento como Antúnez, Herreros, Azofra, etc… logra clasificarse para la final de la Copa del Rey contra el Barcelona de Bozidar Maljkovic, Epi, Solozábal y compañía…


El desarrollo del partido es sumamente igualado, aunque medida la segunda parte, El Estu amaga con la escapada al cobrar 10 puntos de ventaja, un tiempo muerto del entrenador serbio del barça propicia la reacción culé que consigue llegar a los últimos segundos con 2 puntos de ventaja. En ese momento, la ya máxima estrella del equipo colegial, el jovencísimo Alberto Herreros, que por entonces contaba con apenas 21 años, tiene en sus manos el lanzamiento del partido con un triple cómodo sin apenas oposición… pero lo falla y el Estudiantes pierde la ocasión de ganar la segunda copa de su historia.

Un año después, el Estu se resarce de aquello con la Copa de Granada y juega la final Four de Estambul, pero al año siguiente ya no puede mantener el nivel y el conjunto colegial baja un peldaño en la liga los años posteriores pese a los empeños de Herreros, como su triple salvador contra el Festina Andorra en la Copa del 95.

Pero pasan los años, y Alberto empieza a sentir que necesita aspirar a más, no sólo a dinero, sino a ganar títulos, por eso se acoge al decreto 1006 en el 96 y se marcha al Madrid, donde forma parte de una de las mejores plantillas que ha tenido el equipo madridista en los últimos años, con Bodiroga, Arlauckas y compañía… no obstante, el destino le es esquivo y un gran Barcelona le impedirá ser por fin campeón en quinto partido de aquella liga. ("Soy consciente de que la demencia se estará partiendo de risa” reconoció)

Tras la marcha de Bodiroga y el recorte presupuestario madridista, Herreros se queda como auténtico líder de un equipo que no cuenta con plantillas tan potentes como el Barça, por lo que van pasando los años y su palmarés apenas experimenta mejoría, lo cual hace que algunos le acusen de falta de personalidad, de no saber hacer campeón a su equipo, etc… comentarios a mi juicio totalmente ilógicos en uno de los mejores anotadores que ha tenido este país. Su mala suerte es tal que, lesionado, apenas puede participar del inesperado título que el Madrid conquista en el Palau con Scariolo en el 2000.

Los años siguientes hacen evidente el declive físico de Herreros, que ve cada vez más reducida su aportación al Madrid en minutos. Parecía que el eslabón perdido entre las dos grandes generaciones de baloncestistas españoles (la de Los Angeles y la de Lisboa) se iba a tener que retirar sin un gran triunfo y para siempre marcado con el estigma de perdedor, pero ayer se lo quitó todo de un plumazo. Su triple, antológico no sólo en su ejecución, sino por la convicción con la que lo lanzó, el momento y su significado demuestran que a veces hay justicia poética en este deporte.

Era el justo final a una serie final maravillosa. Alberto se lo merecía.

Saludos.

JORDI VILLACAMPA, eternamente discutido

Para los que no me conocen, soy aficionado al baloncesto ACB e hincha incurable del Joventut de Badalona y mi ídolo siempre fue su emblemático jugador Jordi Villacampa. Como participante asíduo del foro de la ACB, hace unos años que escribí este "artículo" sobre el susodicho que a continuación paso a plasmar aquí:

Según tengo entendido (y es perfectamente factible que me equivoque), Jordi Villacampa debutó con el primer equipo del Joventut de la mano de Manel Comas en la final de la Copa Korac del 81 contra el Carrera de Venecia en el Palau Blaugrana. No debe ser sencillo debutar a los 19 años en esa situación: pocos minutos para acabar el partido, marcador ajustadísimo y el equipo tan mermado por las faltas que te ves obligado a entrar a la cancha cuando tus planes para esa noche no incluían nada más atrevido que echarle las toallas a tus compañeros seniors en los tiempos muertos. Años después, Comas comentó: “le miré a la cara y estaba blanco como el papel”, pero el de Reus tuvo más remedio que saltar a la cancha.

El caso es que la penya ganó aquel título (el primero europeo de su historia) gracias a que una canasta (claramente fuera de tiempo) de Joe Galvin permitió forzar la prórroga, pero si alguien espera que comenté que Villacampa tuvo una actuación descollante en aquella final, que se vaya desengañando, pues falló los tres tiros que intentó en el partido, uno de los cuales, según tengo entendido, estuvo a punto de costarle la victoria a la penya. Este es un sambenito con el que Villacampa ha tenido que cargar toda la vida, el de no ser un jugador para finales ajustados. Cierto que poco hay que reprocharle a un crío de 19 años que debuta en condiciones tan extremas, pero es que en su extensa carrera son pocas las ocasiones en que se le han visto canastas decisivas sobre la bocina al estilo Jordan y eso, en un jugador con unas condiciones físicas y técnicas tan espléndidas, le convierte en el objeto de muchas críticas, sobre todo de los periodistas, tan dispuestos a crear un ídolo como a derribarlo.

Como jugador era, simplemente, impresionante. Poseía unos fundamentos que quitaban la respiración, una elegancia sobre la pista sin parangón y una capacidad para entrar a canasta nunca igualada por otro jugador español. En sus primeros años carecía un poco de tiro exterior, pero es un defecto que fue puliendo con los años hasta convertirse en un tirador de primera línea, aunque jamás pudo igualar al matraco Margall.

La carrera de Villacampa podría dividirse en tres periodos más o menos definidos:

1 – Los años de la frustración (1981-1988): acompañado por un grupo de jugadores salidos de la cantera de un nivel excepcional como Margall, Montero, Jofresa, etc... Jordi conoce los sinsabores de quedarse siempre a las puertas de los grandes títulos. Es varias veces finalista, tanto de liga como de Copa, pero su equipo nunca consigue culminar con éxito la empresa. En esos primeros años es entrenado por gente como Manel Comas, Aíto García Reneses o Miquel Nolis. En la temporada 86-87 debuta como primer entrenador un joven de 24 años que lleva a la penya al subcampeonato tanto de Copa como de Liga, Alfred Julbe, pero ese año, de la mano de Aíto García Reneses, el Barcelona había armado un equipo imbatible para un conjunto con solo 6 jugadores de primer nivel (Montero, Villacampa, Margall, Johson, Merieweather y Rafa Jofresa), y el banquillo da ambos títulos al conjunto culé. A todo esto hay que añadir la inexplicable sustitución de Jordi por José Manuel Beirán de la lista de jugadores que se adjudicaron la plata en los Ángeles’84, después de haber disputado todo el preolímpico.

Los años que siguen son los más frustrantes para Villacampa, y donde se empieza a labrar el desagradable mito del Joventut de “eterno semifinalista”. En la temporada 87-88, además de caer en las semifinales de Copa por sólo dos puntos contra el Madrid (creo recordar que tras una prórroga) y ceder en semifinales contra el barça en cinco partidos (después de tener el 2-1 e ir ganando el cuarto partido por 9 puntos de diferencia), el Joventut se planta en la final de la Recopa mermadísimo por las lesiones y cede en la prórroga después de levantar una diferencia de 16 puntos contra el Limoges de Dacury, Ostrowsky, Michel Gómez y compañía. La participación de Villacampa en los partidos decisivos no siempre está a la altura y eso hace que muchos periodistas encarnen la figura de líder y figura del Joventut en José Antonio Montero, jugador que en aquel momento parecía más “echao palante”. La tercera temporada de Julbe (88-89) es quizá la más discreta, pues cae casi sin rechistar tanto en la Copa, como en la liga como en la Korac, lo que le cuesta al técnico la no renovación.

Durante esos años nace otro tópico sobre Villacampa: es un jugador que no rinde en la selección. Tener delante a Epi o Sibilio parece intimidar a Jordi, que no logra dar la auténtica medida de sus posibilidades en el equipo nacional hasta el Mundial de Argentina’90.

2 – Los años dorados: La temporada 89-90 significa el embrión de los que en los años siguientes sería el mejor Joventut de la historia. Debuta Herb Brown como entrenador, pero el experimento americano no durará mucho. La derrota en la final de Copa (en la que parte como favorito) contra el CAI de Mark Davis (47 puntos en la final) es el preludio del cese de Brown que se consumará un par de semanas después, siendo sustituido por otro técnico de la casa: Pedro Martínez, que llevará al Joventut al segundo título en la carrera de Villacampa: la Copa Korac. En una vibrante final contra el campeón de la lega, el Scavolinni, el Joventut barre de un plumazo todos los mitos sobre su falta de carácter con un gran partido de Jordi en la ida y otro de Montero en la vuelta. Esta es la campaña de definitiva consolidación de Villacampa y, aunque el rendimiento del equipo es irregular, fulmina al Madrid en semifinales por 3-0 y tres partidos de más de 30 puntos de Villacampa (“es un jugador de NBA” declara George Karl), para ser a su vez abatidos por el mismo marcador por un barça sideral en la final. Al final de temporada salta la bomba: el Joventut anunciaba el fichaje de Lolo Sáinz y con él se inicia la mayor etapa de gloria de la historia del Joventut gracias a los fichajes de Thompson, Pressley, Ferrán (la respuesta a la marcha de Montero al barça) y el retorno de Pardo. La penya gana dos ligas consecutivas (90-91 y 91-92) con un espléndido Villacampa y solo un triple asesino le impide coronarse campeón de Europa. Esa misma temporada, Villacampa deja boquiabierta a la NBA con su actuación en la final del Open McDonalds, en la que su equipo se queda a dos puntos de batir a los Lakers de Magic y él acaba como máximo anotador con 23 puntos en un duelo electrizante con Byron Scott (22 puntos).

La temporada 92-93 es la del adiós de Lolo, que abandona la penya para hacerse cargo de la selección llevando a la penya al subcampeonato de liga y de Copa en dos finales perdidas contra Sabonis.

Globalmente, la temporada 93-94 es una temporada mediocre. De la mano de Obradovic, la penya traiciona sus principios y se reconvierte a un basket-control en el que Villacampa se siente claramente a disgusto. La campaña encierra sinsabores como la derrota en cuartos de la Copa contra el Tau Gres de Comas y un cuarto puesto final en la clasificación regular (“a mi no me gusta nada como juega este equipo”, declara Moncho Monsalve) son el preludio de una angustiosa eliminatoria de octavos de final de la ACB contra el Zaragoza (Natwest, creo que se llamaba por entonces) de Herb Brown. Villacampa es pitado en el primer partido, que el Joventut pierde en casa, para resurgir en el segundo, disputado en la capital maña. El tercero es igualadísimo y el Joventut se salva de caer eliminado gracias a los errores arbitrales (unos pasos clarísimos de Rafa Jofresa) y a la personalidad de Tomás Jofresa (con un triple inverosímil desde 8 metros). En cuartos también se sufre para eliminar al Cáceres.

Sin embargo, en medio de ambas eliminatorias, esta mediocre temporada guardaba una agradable sorpresa: la fórmula secreta que tiene Obradovic para las Final Fours (que, sin embargo, parece no servirle de mucho en los play-offs) beneficia también al Joventut y Villacampa (y el club, claro) logra el mayor triunfo de su carrera con el campeonato europeo. La temporada se cierra con la eliminación en semifinales contra el barça.

3 – El epílogo: Los problemas económicos sumen a la penya en una grave crisis institucional y deportiva, agravada por la ruinosa operación que supone renovar a Villacampa por 80 millones anuales. EL rendimiento de Jordi en sus tres últimas temporadas es diverso. Muy bueno en la 94-95. discreto en la 95-96 y desapercibido por las lesiones y la irrupción de Turner y Toolson en la 96-97. Al final de esta última, anuncia su retirada del baloncesto profesional renunciando al año que le resta de contrato. Desde entonces ha sido comentarista de radio (temporadas 97-98 y 98-99), directivo y, finalmente, presidente del club de su vida. Su gestión al frente de la entidad no parece reportar los frutos deseados, pero es obvio que su figura sigue imponiendo el respeto reverencial propio de todos los jugadores legendarios.

Es muy probable que Villacampa sea el jugador español más laureado de cuantos han desarrollado toda su carrera en un club de baloncesto y por ello merece un respeto mucho mayor del que sufrió por parte del diario el Mundo o de la revista Gigantes del Basket (en los últimos años de su carrera)