divagando...

martes, julio 11, 2006

DEL CIELO AL INFIERNO (I)

Primera parte, Los Ángeles’84

Cualquier lector que ronde los 30 (y ya ni te digo si los pasa) os podrá dar fe de los madrugones que muchos nos pegamos en aquel caluroso (y en mi caso, alicantino) verano de 1984 para vibrar con el equipo nacional. Ya en Cali’82 y en Nantes’83 los Epi, Martín, Corbalán y compañía habían realizado papeles espléndidos (casi bronce en el Mundial y plata en el Europeo) pero una medalla olímpica era algo superlativo y aquello supuso el espaldarazo definitivo para un deporte que tanto amamos y que ahora tan tristemente languidece.


Es obvio que la fortuna juega un papel siempre decisivo en el deporte, más aún en un deporte de marcadores tan cambiantes como el baloncesto, por eso no sería de extrañar que si la selección no hubiera ganado tan afortunadamente en su estreno a Canadá por 83-82 la historia pudo haber sido bien distinta (como pudo haberlo sido de no mediar el milagroso enceste de SuperEpi contra la URSS en la semifinal de Nantes un año antes), pero se ganó, y a partir de ahí todo fueron victorias fáciles en la primera fase hasta que se llegó a la última jornada de la misma y se realizó una prodigiosa primera parte contra EEUU, ante quienes al descanso se perdía por 5 puntos tras una canasta desde el medio campo de Michael Jordan. Recuerdo tras ello el comentario de mi padre “joder, es que contra un tío así… ¿Qué haces?” La segunda parte fue otra historia y el palizón fue de aúpa.

Luego vinieron las eliminatorias, con la victoria en cuartos contra Australia y el monumental segundo tiempo contra la Yugoslavia de un joven Petrovic, Dalipagic, Nakic, etc... con un papel estelar de Margall y Llorente como protagonistas de una gran remontada en la segunda parte, cuando los yugoslavos nos habían llegado a dominar por 10 puntos en varias fases del primer tiempo.

En la final contra Estados Unidos nada hubo que hacer. Nos pasaron por encima casi desde el salto inicial, pero la sensación de gesta heroica se vio refrendada con el multitudinario recibimiento que miles de aficionados dispensaron a los nuestros en Barajas. Inolvidable la portada del Marca tras aquello “Salve héroes”.

Saludos.