SUPEREPI, A fuerza de voluntad
Epi no fue siempre Epi, y esta afirmación encierra no pocos matices sobre el mejor jugador europeo de la década de los ochenta: Juan Antonio San Epifanio.
La historia no por sobradamente conocida deja de ser tremendamente paradójica, pues el hoy legendario jugador llegó al Barcelona por imposición expresa de su hermano Herminio, que era el jugador que el Barcelona realmente pretendía fichar. Ambos llegan al conjunto blaugrana en la temporada 74-75, pero sólo Herminio debuta con el primer equipo, mientras que Juan Antonio (Epi II, para los amigos), que proviene del Helios de Zaragoza, se integra en las categorías inferiores. Herminio permanece 3 años en el barça en una época en la que el papel de la sección en el baloncesto español es poco menos que testimonial (su mayor logro es un subcampeonato de la Korac) y Juan Antonio sube al primer equipo del barça justo al año siguiente.
La verdad es que no es de extrañar que el Barcelona no tuviera demasiado interés por ese jugador. Botaba mal, pasaba mal, estaba mal coordinado, tenía unos movimientos que eran pura ortopedia. Un desastre, vamos. No obstante, tenía una virtud difícil de encontrar en las personas: un afán de superación fuera de lo común. Recurriendo al tópico, Epi siempre ha comentado que su origen maño (bien conocido es el estereotipo del aragonés cabezón) fue lo que le llevó a tener la suficiente constancia como para superar todas sus evidentes carencias a base de trabajo duro. A base de currárselo mejoró notablemente su coordinación, desarrolló un tiro impresionante y mejoró en todos los demás aspectos del juego hasta convertirse en lo que llegó a ser: un grandísimo jugador de baloncesto.
Yo no vi jugar a Epi en sus primeros años, ya que no descubrí el baloncesto hasta la Olimpiada de Los Ángeles, pero por entonces Epi ya era toda una eminencia en el baloncesto español. Ya había dejado de ser Epi II para convertirse en SuperEpi, el hombre que, junto con una generación espléndida de jugadores como Corbalán, Martín, Margall, Solozábal, Jiménez, etc, logró el mayor éxito de la historia de nuestro baloncesto: la plata olímpica.
Antes de la llegada de Epi al primer equipo del barça, el conjunto azulgrana era un equipo más que solía salir apalizado de la pista del Madrid o de Badalona. El Barcelona empezó a hacerse con un nombre tras la llegada de Antonio Serra, Nacho Solozábal y Epi, entre otros. A principios de los 80, el club logra dos ligas (81 y 83) y empieza a desplazar al Joventut como alternativa al todopoderoso Madrid. Son los años del Episistema, con bloqueos ciegos continuos de los cuales se benefician tanto Epi como Chicho Sibilio. La línea exterior de aquel Barcelona era ciertamente temible. En el 84, además de ganar la plata olímpica, Epi juega y pierde su primera final de Copa de Europa (si, amigos foreros, el Barcelona también ha perdido finales sin Aíto), y se inicia la que será gran frustración de Epi y del barcelonismo, frustración que ha durado hasta hace un par de años.
La llegada de Aíto García Reneses, un técnico que venía destacando por su sobresaliente trabajo en equipos como el Cotonificio y el Joventut marca el definitivo punto de inflexión en la historia del baloncesto español. La filosofía de Aíto de anteponer el equipo a los jugadores es revolucionaria en la época y choca de manera más o menos frontal con jugadores como Epi y Sibilio, acostumbrados a jugar la práctica totalidad de los minutos. A pesar de ello, el sistema se revela muy efectivo y de la mano de Aíto y el triángulo mágico del barça (Epi, Solozábal, Sibilio), el barça se adjudica el triplete (Liga, Korac y Copa del Rey) en la temporada 86-87. Las incorporaciones de ese año (sobre todo Jiménez y Costa) se revelan fundamentales y más aún lo será la principal del año siguiente: Audie Norris, un jugador sencillamente sideral. Con Norris en el equipo, Epi y el Barcelona inician el definitivo asalto al máximo cetro europeo. Pero si Ocaña tuvo la desgracia de coincidir con Mercx, el mejor Barcelona de la historia tuvo la desgracia de coincidir con el mejor equipo europeo de toda la historia: la Jugoplastica de Split. La frustración para Epi va creciendo a cada año que pasa y el Barcelona encadena títulos de liga con la misma asiduidad con la que consigue subcampeonatos europeos.
Epi siempre fue un deportista de actitud intachable. A diferencia de otros grandes genios del baloncesto europeo con actitudes más que discutibles dentro y fuera de la pista, el “super” hacía gala de una deportividad y un respeto por el contrario fuera de toda discusión. Esta encomiable característica, pero, tiene un lunar: la final de Liga del año 89. Harto de los desplantes y humillaciones sufridos a manos del “niñato” de Sibenik, Epi explota en el quinto partido. Imita la repugnante actitud de Petrovic y celebra mucho antes del final la consecución de la tercera Liga consecutiva dando saltos por la pista y faltando al respeto a un rival hundido, tal como había sufrido él durante tantos partidos. Una vez acabado el partido, Epi confiesa que fue algo premeditado, pero que necesitaba dar una lección a Petrovic y afirma que es algo que no volverá a hacer, palabra que cumple.
De esa misma temporada es, también, uno de los partidos más impresionantes que le recuerdo a Epi. Un Barcelona con solo 6 seniors disponibles visita Pesaro. Epi consigue más de 30 puntos (algo habitual en él) con una increíble serie de 6/6 en triples y el barça vence en el infierno bianquiroso. Las declaraciones de Sandro Gamba al acabar el partido son de una elocuencia sin igual: “no basta con oír hablar de él, leer las crónicas o ver las estadísticas. Hay que verle jugar y disfrutar de los que él es capaz de hacer. Hoy en Pesaro hemos asistido a una auténtica lección ante la cual solo podemos aplaudir al gran San Epifanio”.
La década de los 90 se inicia con la llegada al banquillo culé de Bozidar Maljkovic, cuya misión será ampliar el dominio nacional que Aíto había impuesto en el Barcelona y lograr la tan ansiada Copa de Europa. El Joventut de Lolo Sáinz, la “presuntamente” desahuciada Jugoplastica y multitud de lesiones lo impedirán. Tanto Epi, como Jiménez como Solozábal, o Norris ven que cada vez queda más lejano el sueño europeo. Los dos últimos jugarán su última Final Four en Paris’91 de la mano de Maljkovic, mientras que Epi aún agotará otra posibilidad (Tel Aviv’ 94) y Jiménez alguna más. El resultado acaba siendo el mismo, ni con Antonio Serra, ni con Aíto García Reneses, ni con Maljkovic, ni con Manolo Flores el barça conquistará el preciado sueño europeo. La frustración se hace aún mayor en tanto en cuanto Joventut (en el 94) y Real Madrid (en el 95) sí la logran.
Los años no perdonan y la importancia de Epi, tanto en el Barcelona como en la selección va menguando progresivamente y, aunque anuncia su retirada del combinado nacional al acabar el fiasco de Barcelona 92, Lolo Sáinz le convencerá para ejercer de “especialista” en el 93 y el 94 lo cual, dicho sea de paso, le servirá para batir el record de presencias con la selección de Nino Buscató, que estaba en 222, dejándolo, si mal no recuerdo, en 234.
Aún sin poder conquistar la Copa de Europa, la impecable carrera de SuperEpi tiene un dignísimo colofón: la Liga del 95, contra un rival admirable que plantó guerra hasta un quinto encuentro en el que, con el partido prácticamente acabado, Epi juego sus últimos minutos con la elástica azulgrana y es paseado a hombros por el Palau.
La trayectoria de Epi es, como señaló Maljkovic, un “auténtico ejemplo para los jóvenes”, como una persona con tan pocas aptitudes puede tener semejante afán de superación y lograr ser el jugador tan representativo que fue. Por algo le designaron mejor jugador de Europa en el 84 y el prestigioso diario L’Equipe le designó mejor jugador europeo de la década de los 80. Y ya sabemos que los franceses no regalan precisamente elogios a los españoles. Salve, Súper.
Un saludo.
La historia no por sobradamente conocida deja de ser tremendamente paradójica, pues el hoy legendario jugador llegó al Barcelona por imposición expresa de su hermano Herminio, que era el jugador que el Barcelona realmente pretendía fichar. Ambos llegan al conjunto blaugrana en la temporada 74-75, pero sólo Herminio debuta con el primer equipo, mientras que Juan Antonio (Epi II, para los amigos), que proviene del Helios de Zaragoza, se integra en las categorías inferiores. Herminio permanece 3 años en el barça en una época en la que el papel de la sección en el baloncesto español es poco menos que testimonial (su mayor logro es un subcampeonato de la Korac) y Juan Antonio sube al primer equipo del barça justo al año siguiente.
La verdad es que no es de extrañar que el Barcelona no tuviera demasiado interés por ese jugador. Botaba mal, pasaba mal, estaba mal coordinado, tenía unos movimientos que eran pura ortopedia. Un desastre, vamos. No obstante, tenía una virtud difícil de encontrar en las personas: un afán de superación fuera de lo común. Recurriendo al tópico, Epi siempre ha comentado que su origen maño (bien conocido es el estereotipo del aragonés cabezón) fue lo que le llevó a tener la suficiente constancia como para superar todas sus evidentes carencias a base de trabajo duro. A base de currárselo mejoró notablemente su coordinación, desarrolló un tiro impresionante y mejoró en todos los demás aspectos del juego hasta convertirse en lo que llegó a ser: un grandísimo jugador de baloncesto.
Yo no vi jugar a Epi en sus primeros años, ya que no descubrí el baloncesto hasta la Olimpiada de Los Ángeles, pero por entonces Epi ya era toda una eminencia en el baloncesto español. Ya había dejado de ser Epi II para convertirse en SuperEpi, el hombre que, junto con una generación espléndida de jugadores como Corbalán, Martín, Margall, Solozábal, Jiménez, etc, logró el mayor éxito de la historia de nuestro baloncesto: la plata olímpica.
Antes de la llegada de Epi al primer equipo del barça, el conjunto azulgrana era un equipo más que solía salir apalizado de la pista del Madrid o de Badalona. El Barcelona empezó a hacerse con un nombre tras la llegada de Antonio Serra, Nacho Solozábal y Epi, entre otros. A principios de los 80, el club logra dos ligas (81 y 83) y empieza a desplazar al Joventut como alternativa al todopoderoso Madrid. Son los años del Episistema, con bloqueos ciegos continuos de los cuales se benefician tanto Epi como Chicho Sibilio. La línea exterior de aquel Barcelona era ciertamente temible. En el 84, además de ganar la plata olímpica, Epi juega y pierde su primera final de Copa de Europa (si, amigos foreros, el Barcelona también ha perdido finales sin Aíto), y se inicia la que será gran frustración de Epi y del barcelonismo, frustración que ha durado hasta hace un par de años.
La llegada de Aíto García Reneses, un técnico que venía destacando por su sobresaliente trabajo en equipos como el Cotonificio y el Joventut marca el definitivo punto de inflexión en la historia del baloncesto español. La filosofía de Aíto de anteponer el equipo a los jugadores es revolucionaria en la época y choca de manera más o menos frontal con jugadores como Epi y Sibilio, acostumbrados a jugar la práctica totalidad de los minutos. A pesar de ello, el sistema se revela muy efectivo y de la mano de Aíto y el triángulo mágico del barça (Epi, Solozábal, Sibilio), el barça se adjudica el triplete (Liga, Korac y Copa del Rey) en la temporada 86-87. Las incorporaciones de ese año (sobre todo Jiménez y Costa) se revelan fundamentales y más aún lo será la principal del año siguiente: Audie Norris, un jugador sencillamente sideral. Con Norris en el equipo, Epi y el Barcelona inician el definitivo asalto al máximo cetro europeo. Pero si Ocaña tuvo la desgracia de coincidir con Mercx, el mejor Barcelona de la historia tuvo la desgracia de coincidir con el mejor equipo europeo de toda la historia: la Jugoplastica de Split. La frustración para Epi va creciendo a cada año que pasa y el Barcelona encadena títulos de liga con la misma asiduidad con la que consigue subcampeonatos europeos.
Epi siempre fue un deportista de actitud intachable. A diferencia de otros grandes genios del baloncesto europeo con actitudes más que discutibles dentro y fuera de la pista, el “super” hacía gala de una deportividad y un respeto por el contrario fuera de toda discusión. Esta encomiable característica, pero, tiene un lunar: la final de Liga del año 89. Harto de los desplantes y humillaciones sufridos a manos del “niñato” de Sibenik, Epi explota en el quinto partido. Imita la repugnante actitud de Petrovic y celebra mucho antes del final la consecución de la tercera Liga consecutiva dando saltos por la pista y faltando al respeto a un rival hundido, tal como había sufrido él durante tantos partidos. Una vez acabado el partido, Epi confiesa que fue algo premeditado, pero que necesitaba dar una lección a Petrovic y afirma que es algo que no volverá a hacer, palabra que cumple.
De esa misma temporada es, también, uno de los partidos más impresionantes que le recuerdo a Epi. Un Barcelona con solo 6 seniors disponibles visita Pesaro. Epi consigue más de 30 puntos (algo habitual en él) con una increíble serie de 6/6 en triples y el barça vence en el infierno bianquiroso. Las declaraciones de Sandro Gamba al acabar el partido son de una elocuencia sin igual: “no basta con oír hablar de él, leer las crónicas o ver las estadísticas. Hay que verle jugar y disfrutar de los que él es capaz de hacer. Hoy en Pesaro hemos asistido a una auténtica lección ante la cual solo podemos aplaudir al gran San Epifanio”.
La década de los 90 se inicia con la llegada al banquillo culé de Bozidar Maljkovic, cuya misión será ampliar el dominio nacional que Aíto había impuesto en el Barcelona y lograr la tan ansiada Copa de Europa. El Joventut de Lolo Sáinz, la “presuntamente” desahuciada Jugoplastica y multitud de lesiones lo impedirán. Tanto Epi, como Jiménez como Solozábal, o Norris ven que cada vez queda más lejano el sueño europeo. Los dos últimos jugarán su última Final Four en Paris’91 de la mano de Maljkovic, mientras que Epi aún agotará otra posibilidad (Tel Aviv’ 94) y Jiménez alguna más. El resultado acaba siendo el mismo, ni con Antonio Serra, ni con Aíto García Reneses, ni con Maljkovic, ni con Manolo Flores el barça conquistará el preciado sueño europeo. La frustración se hace aún mayor en tanto en cuanto Joventut (en el 94) y Real Madrid (en el 95) sí la logran.
Los años no perdonan y la importancia de Epi, tanto en el Barcelona como en la selección va menguando progresivamente y, aunque anuncia su retirada del combinado nacional al acabar el fiasco de Barcelona 92, Lolo Sáinz le convencerá para ejercer de “especialista” en el 93 y el 94 lo cual, dicho sea de paso, le servirá para batir el record de presencias con la selección de Nino Buscató, que estaba en 222, dejándolo, si mal no recuerdo, en 234.
Aún sin poder conquistar la Copa de Europa, la impecable carrera de SuperEpi tiene un dignísimo colofón: la Liga del 95, contra un rival admirable que plantó guerra hasta un quinto encuentro en el que, con el partido prácticamente acabado, Epi juego sus últimos minutos con la elástica azulgrana y es paseado a hombros por el Palau.
La trayectoria de Epi es, como señaló Maljkovic, un “auténtico ejemplo para los jóvenes”, como una persona con tan pocas aptitudes puede tener semejante afán de superación y lograr ser el jugador tan representativo que fue. Por algo le designaron mejor jugador de Europa en el 84 y el prestigioso diario L’Equipe le designó mejor jugador europeo de la década de los 80. Y ya sabemos que los franceses no regalan precisamente elogios a los españoles. Salve, Súper.
Un saludo.
20 Comments:
Adoro a Epi, me aficioné al Baloncesto y a la Nocilla con él...cuántos buenos recuerdos me vienen a la cabeza sólo con oír su nombre...
Un beso.
By Miada, at 11:15 a. m.
yo cuando era niño lo odiaba a muerte. Con el paso de los años cada vez lo admiro más
By Anónimo, at 1:58 p. m.
Pero al final gano la copa de europa?
By Anónimo, at 3:25 p. m.
No lo sé, César. ¿La ganaron Míchel, Butragueño, Martín Vázquez, Hugo Sánchez, Buyo y compañía?
¿Ganaron un anillo de campeón Stockton, Malone o Barkley?
En fin...
By Ignacio, at 3:35 p. m.
Solo comentar que la celebración de Epi me hubiera parecido más que correcta si aquella liga 88-89 no hubiese sido vilmente robada por Neyro.
Ese si que podia haber agitado la toalla en señal de victoria... :(
MB
By Anónimo, at 4:12 p. m.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
By UROS JOSÉ, at 10:28 a. m.
Gracias por recordar a Epi, uno de mis idolos de infancia (aunque mi preferido siempre fuese Solozabal).
Felicidades por el blog, muy interesante.
By áLEks!, at 2:47 p. m.
Pues aprovecho que el tema ha estado de actualidad en el post del Barça para publicar el texto en el mismo. Hace un par de dias un forero se enzarzó en una estupida discusión sobre si Bodiroga ha sido mejor que Epi en el Barcelona agarrandose al clavo ardiente de que hasta que no llegó Bodiroga no se ganó una copa de Europa, y que Epi era poco menos que un perdedor. Han sido dias de nostalgia por el post rescatando "aquellos maravilosos años" de la decada del año con el Super, Nacho y por supuesto el crack que me inspiró para mi nick: AtomicDog
SAludos
By Anónimo, at 11:15 p. m.
MB, las cosas hay que verlas con un poco más de frialdad que un simple 41-19. Es obvio que, como era de esperar y es habitual, aquel arbitraje fue casero, pero no es menos cierto que es difícil cobrar faltas si no metes ni un balón interior en toda la segunda parte.
áLEks, gracias. Espero verte por aquí más a menudo.
AtomicDog, Epi jamás tuvo las condiciones escandalosamente favorables que tuvo Bodiroga para ganar la Copa de Europa, por lo que la comparación me parece del todo injusta.
En el baloncesto europeo es probabe que Bodiroga sea recordado en un lugar más alto, pero en la historia del Barcelona y del baloncesto español, Epi merece ser recordado muy por encima del serbio.
Saludos.
By Ignacio, at 3:15 p. m.
Adivina quien era el forero que se peleo con medio post del Barça defendiendo que Bodiroga significaba más para el Barça que Epi.
AtomicDog
By Anónimo, at 10:53 a. m.
No lo sé, la verdad... Sácame de dudas :S
By Ignacio, at 11:46 a. m.
Empieza por t...
By Anónimo, at 7:00 p. m.
Triple Corona??? Me extrañaría mucho...
By Ignacio, at 7:02 p. m.
Si lo llevas en la firma!! tomylee!
By Anónimo, at 5:04 p. m.
Joder, tomylee... yo creo que en alguna vida anterior un antepasado de Epi debió asesinar a alguien de su familia, porque en caso contrario no entiendo esa animadversión hacia el súper :S
Saludos.
By Ignacio, at 6:35 p. m.
Que recuerdos, aunque mi preferido era el bombardero "Chicho" Sibilio, el mejor triplista de la historia de la ACB!
By Anónimo, at 12:39 p. m.
Has expresado perfectamente lo que representa la esencia de Epi II, el triunfo de los humildes, el éxito del luchador... por eso sigue siendo el más grande. Por su militancia y su compromiso con el baloncesto español y culé, un triunfador forjado desde la derrota.
Al margen de los verdugos citados no se me olvidan los Jollycolombani de Cantú o Banco di Roma, los continuos marcajes dos contra uno que sufrió Epi le llevó a forjar la mecánica de tiro más rápida y más efectiva que conozco.
Yo fui de la generación que se forjó con el, y con otros muchos, pero Epi encarnaba todos los valores que deseábamos poseer, y ahora ya talluditos valoramos más si cabe.
Un artículo excelente Ignacio
By Quique, at 6:12 p. m.
Para mi Epi es mi ídolo de juventud! El mejor jugador de Baloncesto de todos los tiempos. Y una gran persona.
Los que le criticaban, los que decían que estaba acabado ya por 1987 aún tuvieron que ver cómo ganaba un sinfín de títulos y cómo se merendaba al malogrado Petrovic en una Final en la que dio una lección de Basket a la chulería del de Zagreb. Lo de la toalla sobró como él mismo reconoció y como le prometió a Jose María García que no volvería a hacer. Recuerdo un partido del Eurobasket 87 de Atenas frete a Alemania metiendo 31 puntos sin apenas ningún fallo en el tiro, algo impresionante!
By abiyu, at 7:49 p. m.
ºGracias amigo! ,tengo 35 años ,y no tengo palabras para describir la admiracion que he sentido por este genio del baloncesto Español, solo decirte que el volver a redescubrir en este maravilloso articulo a mi IDOLO(he leido casi todo lo publicado) ,es algo que siempre me produce la misma sensacion ,!una profunda emocion! ,y no puedo evitar las lagrimas . Para mi Juan antonio san epifanio es lo mas grande que se puede llegar a ser ,y aunque hablo desde el corazon , "dicen bien a las claras de la muñeca del super del basquet español"-Portada de un articulo de Gigantes ,de hace no menos de 20 años ,donde EPI ,volvio a sentar catedra , segui todos y cada uno de sus partidos ,y jamas nadie ,llego tan dentro de mi corazon.
By Luiscar73, at 11:26 p. m.
Y por cierto ,y con todos mis respetos ,Bodiroga no es al baloncesto ,ni la mitad de lo que ha sido su MAJESTAD, la sola comparacion ,ofende ,todo el que haya visto jugar al Epi de sus mejores años ,jamas diria algo asi con objetividad ,!por el amor de dios! ,EPI era ....SUPEREPI si es que no se puede decir mejor ,la velocidad y precision en el tiro de EPI ,despues de salir de los bloqueos ,es lo mas grande que se ha visto en este pais ,!balones a Epi! ,que ya resolvia el ,!me indigna esa comparacion! ,señores ,MEJOR JUGADOR DE LA DECADA DE LOS 80 ,poe delante de hombres como Petrovic ,Gallis, Sabonis ,Kukoc ,Antonelo riva ,Giannakis ,etc etc ,!un respeto por favor! .
By Luiscar73, at 11:45 p. m.
Publicar un comentario
<< Home