divagando...

martes, julio 12, 2005

EL DESTINO SE LO DEBÍA A HERREROS

Otro refrito del foro de acb.com...

Temporada 90/91. En medio de una gran campaña, el insolente Estudiantes Caja Postal de Miguel Ángel Martín, con una plantilla plagada de jovenzuelos de talento como Antúnez, Herreros, Azofra, etc… logra clasificarse para la final de la Copa del Rey contra el Barcelona de Bozidar Maljkovic, Epi, Solozábal y compañía…


El desarrollo del partido es sumamente igualado, aunque medida la segunda parte, El Estu amaga con la escapada al cobrar 10 puntos de ventaja, un tiempo muerto del entrenador serbio del barça propicia la reacción culé que consigue llegar a los últimos segundos con 2 puntos de ventaja. En ese momento, la ya máxima estrella del equipo colegial, el jovencísimo Alberto Herreros, que por entonces contaba con apenas 21 años, tiene en sus manos el lanzamiento del partido con un triple cómodo sin apenas oposición… pero lo falla y el Estudiantes pierde la ocasión de ganar la segunda copa de su historia.

Un año después, el Estu se resarce de aquello con la Copa de Granada y juega la final Four de Estambul, pero al año siguiente ya no puede mantener el nivel y el conjunto colegial baja un peldaño en la liga los años posteriores pese a los empeños de Herreros, como su triple salvador contra el Festina Andorra en la Copa del 95.

Pero pasan los años, y Alberto empieza a sentir que necesita aspirar a más, no sólo a dinero, sino a ganar títulos, por eso se acoge al decreto 1006 en el 96 y se marcha al Madrid, donde forma parte de una de las mejores plantillas que ha tenido el equipo madridista en los últimos años, con Bodiroga, Arlauckas y compañía… no obstante, el destino le es esquivo y un gran Barcelona le impedirá ser por fin campeón en quinto partido de aquella liga. ("Soy consciente de que la demencia se estará partiendo de risa” reconoció)

Tras la marcha de Bodiroga y el recorte presupuestario madridista, Herreros se queda como auténtico líder de un equipo que no cuenta con plantillas tan potentes como el Barça, por lo que van pasando los años y su palmarés apenas experimenta mejoría, lo cual hace que algunos le acusen de falta de personalidad, de no saber hacer campeón a su equipo, etc… comentarios a mi juicio totalmente ilógicos en uno de los mejores anotadores que ha tenido este país. Su mala suerte es tal que, lesionado, apenas puede participar del inesperado título que el Madrid conquista en el Palau con Scariolo en el 2000.

Los años siguientes hacen evidente el declive físico de Herreros, que ve cada vez más reducida su aportación al Madrid en minutos. Parecía que el eslabón perdido entre las dos grandes generaciones de baloncestistas españoles (la de Los Angeles y la de Lisboa) se iba a tener que retirar sin un gran triunfo y para siempre marcado con el estigma de perdedor, pero ayer se lo quitó todo de un plumazo. Su triple, antológico no sólo en su ejecución, sino por la convicción con la que lo lanzó, el momento y su significado demuestran que a veces hay justicia poética en este deporte.

Era el justo final a una serie final maravillosa. Alberto se lo merecía.

Saludos.