LA PESADILLA FALLERA
Esta anécdota data del día 19 de Marzo del 2004, en el que cometí la insensaatez de dejarme convencer para salir por la plaza de Cánovas en fallas. Éste es el texto que escribi en su momento relatando tan traumática experiencia:
Yo siempre que puedo me escapo de la pesadilla fallera yéndome a cualquier rincón de España en el que pueda disfrutar de un mínimo de normalidad, pero hay años como éste en el que las obligaciones laborales me obligan a quedarme aquí.
Bueno, a lo que iba, que ayer unos amiguetes del chat en el que suelo entrar, tras un buen rato de argumentaciones medianamente convincentes, consiguieron arrancarme el compromiso de salir con ellos a un pub de la Plaza de Cánovas al que solemos ir los Sábados por la noche. Quedamos en que pasarán a buscarme a las 00:30 en el coche y que luego nos iremos para allá.
Con solo 10 minutos de retraso se presentaron aqui desde Puerto de Sagunto, donde ellos viven y con ello comenzó una de las peores noches de mi vida. Para empezar, me dicen que el camino que yo les proponía para llegar a Cánovas era inviable, dado el tráfico bestial que había, con lo cual tiramos por otro lado. Ese otro lado debía formar parte del lado oscuro de la fuerza, porque estaba repleto de calles cortadas, colapsos brutales, guardias gestionando el tráfico a su antojo, etc...
La Gran Vía estaba cortada, por lo que tuvimos que tirar por Pérez Galdós y Giorgeta, que estaba regularín de tráfico, pero lo peor apenas había empezado. Peris y Valero era un mar de coches completamente detenidos que avanzaban a una velocidad media de 1 km/h. Tras intentarescabullirnos por Antic Regne, nos percatamos de que avanzar incluso por las callejuelas sin coches era completamente imposible, pues había una hilera de coches aparcados en un lado, dos hileras en el otro lado y una manada de gente caminando por la calle como si nuestro Focus fuera completamente invisible.
Una vez en el puente que une Peris y Valero con Cardenal Benlloch, nos encontramos con un guardia que nos tuvo ¡25 minutos! de reloj parados mientras daba preferencia al resto de carriles y direcciones. El caso era tan indignante que un conductor se bajó del cohe e intentó agredir al ecuánime guardián de la ley que tan encomiablemente estaba realizando su trabajo. Así estaban los nervios...
Trascurridos los entretenidísimos 25 minutos, conseguimos cruzar el puente en sentido contrario y girar a la derecha hacia Cánovas. Cual es mi sorpresa cuando veo que, en el único golpe de suerte de toda la maldita noche, aquello estaba repleto de sitios para aparcar.
Una vez estacionado nuestro vehículo, procedemos a pelearnos con la multitud reinante por aquellas calles para poder alcanzar nuestro deseado destino. Por el camino pasó de todo, desde descerebrados lanzando bengalas a ras de calle que podían haber causado cualquier desgracia hasta ver a 5 macarras acorralando a un fallero para darle de ostias, pasando por ingentes montones de vómito por todos los lados, etc...
En resumen, que a las 3:00 de la mañana llegábamos a la puerta del maldito pub, en el cual también nos costó sangre, sudor y lágrimas internarnos. Para redondearlo, la ventilación, habitualmente mala, se tornó asfixiante debido al brutal número de personas que había allí dentro. El único reducto respirable era la entrada del baño, donde nos apresuramos a aposentarnos a fin de poder respirar.
Tras un par de horas de empujones, deficiencias respiratorias, humo en cantidades industriales, el conductor del Focus en el que habíamos cometido la osadía de acercarnos a la viva encarnación de la pesadilla fallera nos dice que se va. "¿Tan pronto?" le pregunto en un alarde de convencionalismo bastante alejado de mi sentir en ese momento, a lo que responde "Si, es que solo he dormido dos horas y esto es un agobio". No hizo falta que entrara en más detalles, no le costó mucho convencernos. Cogimos nuestros bártulos y, previo conjunto de codazos, empujones, etc.. conseguimos salir de allí hasta llegar al coche e iniciar el viaje de vuelta que, menos mal, resultó infinítamente más fluido y plácido que el de ida.
Mi pregunta es: ¿Alguien realmente se lo pasa bien con tanto mogollón? ¿Con tanta aglomeración? ¿Con esa sensación de que conseguir que te sirvan una copa es una hazaña a la altura de la Copa del Zaragoza? Yo, dsde luego, lo tengo hipermegaclaro: Me lo paso muchísimo mejor cualquier día que salga que no sean fallas. Al menos en ese caso me siento capaz de caminar.
Un saludo.
PD: Por cierto, como olvidar que los falleros me han despertado a las 8 con su despertà y que, cuando empezaba a coger el sueño otra vez a las 10, mi encantador vecino ha puesto a toda ostia un chumba-chumba de esos intragables. Lo dicho, mi odio por las fallas alcanzó ayer un nuevo nivel
Yo siempre que puedo me escapo de la pesadilla fallera yéndome a cualquier rincón de España en el que pueda disfrutar de un mínimo de normalidad, pero hay años como éste en el que las obligaciones laborales me obligan a quedarme aquí.
Bueno, a lo que iba, que ayer unos amiguetes del chat en el que suelo entrar, tras un buen rato de argumentaciones medianamente convincentes, consiguieron arrancarme el compromiso de salir con ellos a un pub de la Plaza de Cánovas al que solemos ir los Sábados por la noche. Quedamos en que pasarán a buscarme a las 00:30 en el coche y que luego nos iremos para allá.
Con solo 10 minutos de retraso se presentaron aqui desde Puerto de Sagunto, donde ellos viven y con ello comenzó una de las peores noches de mi vida. Para empezar, me dicen que el camino que yo les proponía para llegar a Cánovas era inviable, dado el tráfico bestial que había, con lo cual tiramos por otro lado. Ese otro lado debía formar parte del lado oscuro de la fuerza, porque estaba repleto de calles cortadas, colapsos brutales, guardias gestionando el tráfico a su antojo, etc...
La Gran Vía estaba cortada, por lo que tuvimos que tirar por Pérez Galdós y Giorgeta, que estaba regularín de tráfico, pero lo peor apenas había empezado. Peris y Valero era un mar de coches completamente detenidos que avanzaban a una velocidad media de 1 km/h. Tras intentarescabullirnos por Antic Regne, nos percatamos de que avanzar incluso por las callejuelas sin coches era completamente imposible, pues había una hilera de coches aparcados en un lado, dos hileras en el otro lado y una manada de gente caminando por la calle como si nuestro Focus fuera completamente invisible.
Una vez en el puente que une Peris y Valero con Cardenal Benlloch, nos encontramos con un guardia que nos tuvo ¡25 minutos! de reloj parados mientras daba preferencia al resto de carriles y direcciones. El caso era tan indignante que un conductor se bajó del cohe e intentó agredir al ecuánime guardián de la ley que tan encomiablemente estaba realizando su trabajo. Así estaban los nervios...
Trascurridos los entretenidísimos 25 minutos, conseguimos cruzar el puente en sentido contrario y girar a la derecha hacia Cánovas. Cual es mi sorpresa cuando veo que, en el único golpe de suerte de toda la maldita noche, aquello estaba repleto de sitios para aparcar.
Una vez estacionado nuestro vehículo, procedemos a pelearnos con la multitud reinante por aquellas calles para poder alcanzar nuestro deseado destino. Por el camino pasó de todo, desde descerebrados lanzando bengalas a ras de calle que podían haber causado cualquier desgracia hasta ver a 5 macarras acorralando a un fallero para darle de ostias, pasando por ingentes montones de vómito por todos los lados, etc...
En resumen, que a las 3:00 de la mañana llegábamos a la puerta del maldito pub, en el cual también nos costó sangre, sudor y lágrimas internarnos. Para redondearlo, la ventilación, habitualmente mala, se tornó asfixiante debido al brutal número de personas que había allí dentro. El único reducto respirable era la entrada del baño, donde nos apresuramos a aposentarnos a fin de poder respirar.
Tras un par de horas de empujones, deficiencias respiratorias, humo en cantidades industriales, el conductor del Focus en el que habíamos cometido la osadía de acercarnos a la viva encarnación de la pesadilla fallera nos dice que se va. "¿Tan pronto?" le pregunto en un alarde de convencionalismo bastante alejado de mi sentir en ese momento, a lo que responde "Si, es que solo he dormido dos horas y esto es un agobio". No hizo falta que entrara en más detalles, no le costó mucho convencernos. Cogimos nuestros bártulos y, previo conjunto de codazos, empujones, etc.. conseguimos salir de allí hasta llegar al coche e iniciar el viaje de vuelta que, menos mal, resultó infinítamente más fluido y plácido que el de ida.
Mi pregunta es: ¿Alguien realmente se lo pasa bien con tanto mogollón? ¿Con tanta aglomeración? ¿Con esa sensación de que conseguir que te sirvan una copa es una hazaña a la altura de la Copa del Zaragoza? Yo, dsde luego, lo tengo hipermegaclaro: Me lo paso muchísimo mejor cualquier día que salga que no sean fallas. Al menos en ese caso me siento capaz de caminar.
Un saludo.
PD: Por cierto, como olvidar que los falleros me han despertado a las 8 con su despertà y que, cuando empezaba a coger el sueño otra vez a las 10, mi encantador vecino ha puesto a toda ostia un chumba-chumba de esos intragables. Lo dicho, mi odio por las fallas alcanzó ayer un nuevo nivel
2 Comments:
Mmm.... chand... ¡¡Me tienes en vilo!! Cuelga algo más de tus experiencias vividas y menos basquet... que me lo paso pipa leyendo.
Escribenos algo de una kdd por ejemplo que vista por tus ojos es para partirse el churrete... :P
Un besito.
Gala.
By Anónimo, at 12:44 p. m.
Gala, cielo...
No recuerdo haber vivido nada especialmente digno de ser narrado en ninguna kedada. No obstante, si tienes a bien refrescarme la memoria... ;)
Luisito...
En el instituto me tiré muchos años (más de los recomendables), ¿Preguntas por alguna anécdota en particular? ¿Algún tipo de anécdota que te interese especialmente?
No obstante ha pasado mucho tiempo de aquello, por lo que te digo lo mismo que a Gala: si me refrescas un poco la memoria...
Saludos.
By Ignacio, at 6:52 p. m.
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