EL REY DE COPAS

Con el título de campeón de la Copa del Rey conquistado ayer, el Tau cerámica de Vitoria (o Baskonia, como les gusta llamarlo a sus seguidores) se convierte, con 5 títulos, en el segundo gran dominador de esta competición desde que la organiza la ACB (desde el 84). Sólo el Barcelona le supera en palmarés, con 6 títulos.

El equipo vitoriano, que también luce en sus vitrinas una Recopa y una liga, se estrenó hace 11 años en la Copa del Rey disputada en Granada venciendo al Amway Zaragoza y vengándose de la derrota sufrida el año anterior en su primera final, contra el F.C.Barcelona. Luego llegaron las Copas de 1999, 2002, 2004 y la de este año. En total, 7 finales en 12 años para 5 títulos, algo que, para los tiempos tan igualados que corren por nuestro baloncesto, es ciertamente impresionante.

Pero es que además, el triunfo de los vitorianos es el triunfo de la gestión cerebral, de hacer las cosas con cabeza, sin perder los papeles ante las fugas de sus estrellas (tanto jugadores como entrenadores) que se producen cada verano y sabiendo renacer cada año fichando a sustitutos que mantienen el nivel y en ocasiones hasta lo mejoran. En los últimos años, el Baskonia ha sufrido las bajas de Manel Comas, Sergio Scariolo, Lucio Angulo, Elmer Bennet, Tomasevic, Oberto, Nocioni, Calderón, Macijauskas, Ivanovic... y nada ha impedido que año tras año haya seguido instalado en la aristocracia de nuestro baloncesto. No sólo le ha robado un lugar en la historia a Joventut y CAI, los antaño animadores del monopolio futbolero, sino incluso al Real Madrid como segundo equipo español, discutiéndole la supremacía al Barça.

Su dominio en la Copa de este año ha sido incontestable. Uno tras otro, Joventut, Real Madrid y Pamesa han sucumbido al rodillo vitoriano, que sólo flaqueó un tanto en los últimos minutos de la final, cuando un bravo equipo valenciano (que había dado la gran sorpresa eliminando en semifinales al favorito de esta edición, el Unicaja) logró que los recuerdos del infausto minuto final de la liga pasada parecieran revivir, pero un gigantesco Pablo Prigioni, que sembró el terror en las filas del Pamesa con su recital de robos y asistencias que le valieron ser nombrado justísimo MVP del torneo, tomó el mando de las operaciones poniendo las cosas en su sitio. Esto es, el Tau campeón.

Enhorabuena.